Una semana más, os traigo la iniciativa del Blog Estantería Compartida, consistente en una cadena de recomendaciones de libros basadas en un tema (clicando en la imagen os llevará al blog, donde podéis apuntaros). En esta ocasión, la 14ª Cadena de Libros trata sobre recomendaciones de libros ambientados en mundos distópicos o de fantasía.
Los requisitos en este caso son: no vale recomendar las sagas Canción de Hielo y Fuego, Harry Potter, El Señor de los Anillos, Divergente ni Los juegos del hambre. Y las recomendaciones de las autoras del blog son El corredor del laberinto (clicando os lleva a la reseña), y 1984 de George Orwell, un clásico de la literatura que muchos aún no hemos leído.
Creo que la vez anterior mi recomendación hizo que más de uno me odiara por hacer que le entrasen ganas de leer una saga larguísima, así que en esta ocasión voy a redimirme con algo mucho más asequible:
Los requisitos en este caso son: no vale recomendar las sagas Canción de Hielo y Fuego, Harry Potter, El Señor de los Anillos, Divergente ni Los juegos del hambre. Y las recomendaciones de las autoras del blog son El corredor del laberinto (clicando os lleva a la reseña), y 1984 de George Orwell, un clásico de la literatura que muchos aún no hemos leído.
Creo que la vez anterior mi recomendación hizo que más de uno me odiara por hacer que le entrasen ganas de leer una saga larguísima, así que en esta ocasión voy a redimirme con algo mucho más asequible:
The Host
Stephenie Meyer
Distopía (?)
No recuerdo cuándo compré este libro o si fue un regalo. Sí que me acuerdo, sin embargo, de que no tenía muy claro si quería leer una novela de alienígenas escrita por la autora de Crepúsculo, porque vamos a reconocer que escribir escenas de acción se le da fatal, así que no estaba muy segura de cómo iba a salir la cosa en un mundo post-invasión alien.
Y me tuve que tragar todo lo que había pensado al respecto, porque The Host no es ni remotamente parecido a nada que se te pueda pasar por la cabeza cuando piensas en extraterrestres e invasiones. No tiene nada que ver con guerras, con luchas ni con el fin del mundo. De hecho, para mí, The Host es más una utopía.
¿Quién no desearía un mundo perfecto? Un mundo sin dinero, sin guerras, sin hambre, un mundo donde todo el mundo es lo que las personas deberíamos ser y no somos. Sin egoísmo, sin ambiciones ni envidias, sin odio. Ése es el mundo que Stephenie Meyer crea, con la pega de que no hay seres humanos, sino unos parásitos llamados almas que se introducen en el cuerpo humano. En pocas palabras, sacan tu alma de tu cuerpo y se colocan ellos en tu lugar para utilizarlo.
La historia trata sobre Wanderer, un alma que llega a la tierra después de numerosas vidas vividas en los otros planetas que su especie ha colonizado. A Wanderer le dan el cuerpo de Melanie, una chica que consiguió escapar de la invasión y a la que han atrapado hace poco. Pero, al contrario de como debería suceder, la personalidad de Melanie no desaparece cuando entra Wanderer, sino que sigue ahí, en un rincón de su mente, hablándole y ocultándole cosas de sus recuerdos.
Wanda siempre ha sido feliz como alma. Su especie es intrínsecamente buena: no entienden el odio ni la violencia. Vive en una comunidad donde todos son como ella, y todo debería ser perfecto...de no ser por la voz de Melanie en su cabeza. Atrapada con los sentimientos de Melanie, con su amor feroz y el odio y la violencia que no entiende, Wanderer se verá envuelta en un viaje en busca de la familia de Melanie, aunque una parte de ella sabe que no es una buena idea.
No voy a desvelar más sobre el libro, porque la historia hay que ir descubriéndola. Sólo diré que me encanta la relación entre Melanie y Wanderer, y que sólo por eso el libro merece la pena. Es una historia fantástica, una historia que no habla de aliens, habla de lo que nos hace ser humanos, de cómo somos y de las cosas a las que la desesperación puede conducirnos. Habla de amor, de esperanza, de todo lo que somos y lo que podríamos ser.
En resumen, un libro que recomiendo al 100% a todo el mundo, uno que merece la pena leer.
Y me tuve que tragar todo lo que había pensado al respecto, porque The Host no es ni remotamente parecido a nada que se te pueda pasar por la cabeza cuando piensas en extraterrestres e invasiones. No tiene nada que ver con guerras, con luchas ni con el fin del mundo. De hecho, para mí, The Host es más una utopía.
¿Quién no desearía un mundo perfecto? Un mundo sin dinero, sin guerras, sin hambre, un mundo donde todo el mundo es lo que las personas deberíamos ser y no somos. Sin egoísmo, sin ambiciones ni envidias, sin odio. Ése es el mundo que Stephenie Meyer crea, con la pega de que no hay seres humanos, sino unos parásitos llamados almas que se introducen en el cuerpo humano. En pocas palabras, sacan tu alma de tu cuerpo y se colocan ellos en tu lugar para utilizarlo.
La historia trata sobre Wanderer, un alma que llega a la tierra después de numerosas vidas vividas en los otros planetas que su especie ha colonizado. A Wanderer le dan el cuerpo de Melanie, una chica que consiguió escapar de la invasión y a la que han atrapado hace poco. Pero, al contrario de como debería suceder, la personalidad de Melanie no desaparece cuando entra Wanderer, sino que sigue ahí, en un rincón de su mente, hablándole y ocultándole cosas de sus recuerdos.
Wanda siempre ha sido feliz como alma. Su especie es intrínsecamente buena: no entienden el odio ni la violencia. Vive en una comunidad donde todos son como ella, y todo debería ser perfecto...de no ser por la voz de Melanie en su cabeza. Atrapada con los sentimientos de Melanie, con su amor feroz y el odio y la violencia que no entiende, Wanderer se verá envuelta en un viaje en busca de la familia de Melanie, aunque una parte de ella sabe que no es una buena idea.
No voy a desvelar más sobre el libro, porque la historia hay que ir descubriéndola. Sólo diré que me encanta la relación entre Melanie y Wanderer, y que sólo por eso el libro merece la pena. Es una historia fantástica, una historia que no habla de aliens, habla de lo que nos hace ser humanos, de cómo somos y de las cosas a las que la desesperación puede conducirnos. Habla de amor, de esperanza, de todo lo que somos y lo que podríamos ser.
En resumen, un libro que recomiendo al 100% a todo el mundo, uno que merece la pena leer.